"PEDRO MARÍN AYALA. UN TOTANERO EJEMPLAR DE LOS QUE DEJAN HUELLA"
"No desfallezcas si no me encuentras pronto.
Si no estoy en un lugar, búscame en otro.
En algún lugar te estaré esperando..."
Walt Whitman
Lamento mucho esta racha de amigos que se marchan para siempre. Esta mañana, Pedro Marín. Un totanero cuya vida ha estado consagrada al compromiso social y la mano tendida a sus semejantes desde cualquier lugar en el que se encontrase.
En su profesión, de la Agencia de la Seguridad Social; en su compromiso con la Semana Santa de Totana. En su faceta política, como concejal de Unión de Centro Democrático en las elecciones de 1979. Uno de los concejales más activos y comprometidos que han pasado por el Consistorio en esta etapa democrática.
El Patronato de la Santa, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús, la Institución de los Armaos, la Asociación Española de Lucha Contra el Cáncer, Colectivos Sociales y Deportivos, el Partido Popular... Pedro siempre estaba ahí; con su carácter abierto y dispuesto a echar una mano desde cualquier lugar, sin presumir de nada, utilizando mucho tiempo y dedicación.
Esperábamos el fatal desenlace desde hace un tiempo. Pero yo no me conformaba -desde mi rebeldía ante la enfermedad-, a pesar que no había esperanza. Esta mañana, he vuelto a chocar con la realidad. Con la cruda realidad de la muerte.
Una persona hablaba conmigo ayer desde el sufrimiento y la desesperanza, me comentaba "En mi familia tenemos una posición envidiable si lo miras desde lo material o lo social. Pero ante el sufrimiento y la muerte, estamos arpendiendo una gran lección: "No somos nadie. Somos tan frágiles que en unos días, todo se derrumba y las riquezas materiales se quedan aquí. No valen para nada..."
Pedro ha vivido intensamente. Ha sido un gran hijo, hermano, padre, abuelo y compañero de Flor. Siempre ha estado cuando lo hemos necesitado y ahora, en la fragilidad del ser humano, un golpe traicionero lo ha derribado. Pero nos queda su ejemplo y nos deja un legado impresionante en una vida cargada de generosidad y buen hacer.
Sobre todo, Pedro Marín, ha sido una buena persona. Digno hijo de sus padres: Bartolo e Hilaria. Desde tu convencimiento cristiano, espero estés en el lugar que te corresponde por tus obras en vida. Dejo esta foto de la última Semana Santa. Te pregunté si te molestaría que la utilizase en las redes y me dijiste que no, que estabas encantado.
Nunca hubiese imaginado que la utilizaría para escribir estas amargas palabras de despedida. Dolorosas palabras, pero a su vez cargadas de esperanza, por que no has muerto en el corazón de los que te queremos. Gracias por habernos dado la oportunidad de compartir contigo tantos espacios en el tiempo.
Texto original de D. Juan José Cánovas
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